En su libro Enseñando para cambiar vidas, el Dr. Howard Hendricks escribe: «Se necesita un mínimo de cuatro años de educación universitaria para enseñar a los niños que ‘dos más dos son cuatro’. Sin embargo, para enseñar las inescrutables riquezas de Cristo, cualquier cosa es suficiente… y es por eso que con tanta frecuencia se degenera en un ministerio de mediocridad».
En nuestra escuela de maestros nos hemos propuesto formar a los mejores profesores. No todo vale; ¡amamos la excelencia!
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